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ORACIÓN 11 "PARA QUE NUESTROS HIJOS SEAN LIBRES DE TODA AMARGURA Y FALTA DE PERDÓN".

Oracion

Amado Jesús:
Empiezo hoy dándote gracias por todo lo que has hecho hasta hoy con la vida de mis hijos. Gracias por lo que veo y gracias por lo que aún no veo, pues tu palabra dice que terminarás la buena obra que empezaste en cada uno de ellos y yo confío en que esa promesa es realidad para cada uno de ellos. Filipenses 1:6
Hoy pongo delante de ti la vida de mis hijos y te suplico que derrames sobre ellos tu ESPIRITU DE PERDON. Que puedan tener una verdadera vida de perdón al entender que perdonar es tu deseo, que es una decisión y que llevarla a cabo los libera de ataduras. Te pido que primero puedan perdonarme a mí los errores que cometí en el pasado, o incluso los que cometo hoy en día; que sus corazones no guarden resentimiento por los desaciertos que tuve para con ellos.
Que puedan honrarme de todas maneras, reconociendo que yo, como ser humano, puedo tener muchos defectos, debilidades, y errores.
Que yo no tenga que ser juzgado, ni condenada por ellos. Que ellos comprendan que SOLO TÚ, puedes juzgar, porque eres el ÚNICO que conoce nuestro corazón y nuestra alma. Gracias porque tu misericordia es nueva cada mañana por eso hoy yo me arrepiento y me vuelvo a ti y me arrepiento de todos mis errores y pecados que he cometido contra mis hijos y contra ti. Quiero que no solo seas mi Salvador sino también mi Señor todos los días. Por eso hoy acepto tu perdón y me perdono a mí mismo. Hoy pediré perdón a mis hijos verbalmente y vuelvo a comenzar.
Ayúdame a recuperar el corazón de mis hijos y que ellos se abran emocionalmente conmigo. NUNCA permitas que sus corazones guarden ENOJO, ODIO, RENCOR, AMARGURA, VENGANZA, contra mí ni contra nadie. Por medio del poder del Espíritu Santo libero todo lo que fue secuestrado y cautivo y ordeno al enemigo salir de mi territorio. Prohíbo al enemigo que ataque mi familia y nuestras vidas cambian en el Nombre de Jesús y la paz, la armonía, regresan a mi hogar.
Viviremos en un ambiente digno de un hijo de Dios. A partir de hoy nuestras vidas cambian de manera progresiva y definitiva.
Que mis hijos puedan entender que una de las características que distinguen a los ciudadanos de tu Reino es el PERDÓN y que ese Perdón abre las puertas de la sanidad total para ellos. Ayúdales a aprender a manejar situaciones donde hay personas difíciles, reactivas, intratables, malhumoradas, o indeseables; dales mucha paciencia y mucho AMOR, en este y en todo momento.
Que ellos puedan apropiarse de tu paz, orar y bendecir AUN a los que les maldicen.
También oro para que mis hijos sepan manejar las frustraciones y fracasos de la vida sin culparte a ti de sus problemas o enojarse contigo. Oro para que puedan perdonarse a ellos mismos por cualquier error en sus vidas, y DEJANDO TODO ATRAS puedan levantarse de nuevo de tu mano para PROSEGUIR A LA META DEL SUPREMO LLAMAMIENTO.
Padre: que la amargura no eche raíces en los corazones de mi/s hijo/s.
Te lo suplico en el poderoso nombre de Cristo Jesús.
Gracias porque me escuchas, porque respondes y porque tus planes para mis hijos son de bienestar a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29.11

Versiculo 

"Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas".
Mateo 18:23-35

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